Si hay un aperitivo que últimamente se ha puesto de moda, aunque no es nada nuevo, ni mucho menos, esos son los torreznos.
Son el acompañamiento perfecto para cualquier bebida, con una capa crujiente, dorada y ligeramente salada por fuera y una jugosa carne en su interior que se derrite en cada bocado.
Aunque los más populares son los de Soria, con su panceta ahumada, los podemos encontrar por cualquier bar donde tengan paciencia para prepararlos.
Para prepararlos en casa se puede comprar la panceta ya curada o fresca, pero tendremos que secarla bien. Es muy importante para que los torreznos queden crujientes. Puedes dejarla secar al aire o meterla en el horno a 100ºC durante 20 minutos.
Si sigues la receta, no son difíciles de preparar, pero tardarán en freírse alrededor de 30 minutos. El aceite debe de estar a fuego suave, pero tampoco frío, sino la piel no se hinchará y los torreznos quedarán grasosos.
Otro punto a tener en cuenta es que no tienes debes dejar que se doren demasiado, ya que la carne se secará.
Cómo preparar los mejores torreznos caseros. Sigue paso a paso la receta de este crujiente aperitivo, no podrás parar de comer.
Poner en un recipiente con sal gorda el trozo de tocino con su piel durante 3 días.
Lavarlo bien para quitar el exceso de sal.
Dejar secar fuera de la nevera durante 24 horas.
Corta la panceta en tiras de unos 2 cm de grosor.
Poner una sartén con abundante aceite a fuego muy bajo.
Coloca las tiras de panceta con la piel hacia abajo y deja que se cocinen durante unos 30 minutos, o hasta que la piel se hinche y quede crujiente.
Sube el fuego a medio y fríe los torreznos por el otro lado durante unos 5 minutos, o hasta que estén dorados.
Saca los torreznos de la sartén y ponlos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Salpimienta los torreznos.