Ten siempre en casa tu salsa de tomate para pizza en conserva
Uno de los ingredientes fundamentales cuando haces una pizza es la salsa de tomate. Lo ideal es que para hacerla combinemos tomates maduros, orégano y hojas frescas de albahaca.
Tardaremos un buen rato en prepararla, por lo que la mejor opción es tener siempre nuestra propia salsa de tomate para pizza en unos tarros de cristal en conserva. Es muy cómodo ya que no tendremos que cocinarla cada vez que queramos hacer pizza.
Esta salsa también se podría usar en la receta:
Nos aportará un sabor más intenso y natural que si usamos una salsa previamente comprada. La mejor época que tenemos para hacer la salsa es a finales de verano, cuando podemos encontrar tomates de temporada, maduros y sabrosos.
La cantidad de tomate fresco que necesitamos será de aproximadamente de 2 kilos de tomates frescos para hacer 1 litro de salsa de tomate.
La podremos conservar durante 12 meses en un lugar seco y oscuro, lo que nos permitirá disfrutar de pizzas caseras frescas y sabrosas durante todo el año. Además es una forma de ahorrar dinero, ya que los ingredientes para hacer salsa de tomate casera son relativamente baratos y fáciles de encontrar. Y es más saludable ya que no contiene conservantes artificiales.
Otra receta de tomate que siempre deberías tener en el armario es:
Para no tener problemas de conservación, deberemos esterilizar los tarros de cristal antes de llenarlos con la salsa. Este paso ayuda a eliminar las bacterias y otros microorganismos que pueden causar enfermedades transmitidas por los alimentos.
Esterilización de tarros de cristal:
- Lava bien los tarros y las tapas con agua caliente y jabón.
- Llena una olla grande con agua y ponla a hervir.
- Coloca los tarros y las tapas en la olla con las aberturas hacia arriba.
- Cubre los tarros con agua para que queden completamente sumergidos.
- Deja hervir los tarros durante 15 minutos.
Cómo preparar Sala de tomate para pizza en conserva. Sigue paso a paso la receta y ahorra tiempo y dinero con esta receta.
- 2 kg tomate
- 1 cebolla
- 1 tbsp AOVE
- 1 tsp azúcar
- 1 tsp bicarbonato
- 1 tsp sal
- orégano
- sal
- hojas albahaca
- pimienta
Lava los tomates, pélalos y córtalos en cuartos.
En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla picada y cocina hasta que esté casi transparente, aproximadamente 5 minutos.
Agrega los tomates, el bicarbonato, el azúcar, la sal, el orégano y la pimienta negra. Cocina a fuego lento, removiendo de vez en cuando, durante 2 horas o hasta que la salsa haya espesado (dependerá de la cantidad de agua que tenga el tomate que has usado).
Añade la albahaca y cocina durante 5 minutos más.
Vierte la salsa en frascos esterilizados y cierra bien, colócalos en una olla llena de agua hasta que los frascos estén completamente cubiertos. Lleva el agua a ebullición y cocina durante 10 minutos.